jueves, 12 de diciembre de 2013

La eternidad solo es un pájaro colgado en los cables de electricidad.

Un torso desnudo en la cúpula del cianuro.

La eternidad solo es un pájaro colgado en los cables de electricidad.

Todo lo material se funde en si mismo.
Sangre reseca en la comisura de los labios.
Soy el chaval maldito.
Veneno entre el relleno del sujetador y las tetas.

No encuentro nada más romántico que los meados calle abajo a un palmo de mancharme las playeras.

Amores edulcorados de telenovela.
Revistas porno en cajones de doble fondo.

No sé quererte bien pero sé quererte duro.

He sido lo peor y lo mejor de cada bando.
He sido un loco, un drogadicto, me he superado.

Quedarte a un par de kilómetros de la línea de meta.
Unas rayas por las que vender a cualquiera.

Perros viejos haciendo la carrera por una hamburguesa.

Volver a ser un hijo de puta
casi sin darte cuenta.



viernes, 6 de diciembre de 2013

Sin título 4.

Soy solo un borracho sin remedio buscando la desesperación ante cualquier coño abierto.

Pero tú, pequeña

clavándome los dientes en el interior del pecho
cabalgándome las venas en
acero ardiendo,

tú, pequeña

y tu mirada arrancando
la carne del hueso
la asfixia en tus manos rodeándome el cuello, y no importa cuánto aprietes nena, nunca será demasiado.

Este incontrolable aura de niño huérfano.
Este insoportable hedor a perro viejo.
Arrastrándome desnudo por tu pasillo.

Intento convertir lo vulgar de una mamada en arte.
Intento hacer mio el momento cuando las bragas empiezan a bajarse.
Resulta curioso
ver las estrellas
a través del techo.

La niebla espesa al final de la carretera me convierte en un cadáver descompuesto.
Mis pulmones
mi historia
bailan flotando
sobre el universo.
 Una paz
como nunca antes
y como
otras tantas veces.
Respirar por inercia me lleva de vuelta a la cárcel del cuerpo.

Nena, sabes, yo,
agradezco el silencio.
No eres como esas zorras
que se despiden siempre
con un beso
como fingiendo que después de follar
me tengan algún aprecio.

Cuando ellas se duermen
con mi semen todavía fresco en sus agujeros
y puedo imaginarlas fantasear con
anillos de diamantes y chicos buenos,
Escribo.
A veces ni siquiera vuelvo a pensar en ellas.
A veces mis palabras ni siquiera las recuerdan.

Las horas serpentean en el reloj.
El puñetero vacío de no ser ya
nadie en la habitación.

Es curioso
lo mucho que
me pertenecieron
anoche,
y lo poco mías
que son ahora
por la mañana,

cuando ellas siguen con sus vidas y yo
intento recordar
el camino de vuelta a casa.




miércoles, 20 de noviembre de 2013

Ellas.

Supongo que Ellas no volverán a querer follar conmigo, un tipo que ante un par de piernas abiertas escribe cuarenta poemas y solo sabe empujar a lo desesperado, un borracho que las deja físicamente insatisfechas y mentalmente agotadas, un vagabundo que se limpia los restos de lefa con hojas secas, sí, supongo que por eso Ellas solo me buscan cuando el concepto de príncipe azul se les flojea, en realidad, me importa una mierda, con tal de poder tenerlas de cuando en cuando de esa manera, invitarlas a un par de rayas, a unas birras templadas, besarlas porque sé que puede que ya no vuelva a besarlas, mirándolas a los ojos y Johnny, chico, no tienes permitido casi siquiera tocarlas, mucho menos enamorarte de Ellas, suspiro, estoy echo un lio, me suele bastar con la litrona y un puñao de palabras, pero un hombre a veces necesita del calor de una mujer sobre el pecho, unas uñas clavándose en la espalda, un hombre a veces necesita echarle huevos, y llamarlas, "oye, piba, verás, soy un cabrón sin remedio pero, hoy te escribí algo cojonudo, ¿sabes?, te echo de menos".




martes, 19 de noviembre de 2013

John 2.

Johnny, puedo visualizar mis bragas colgando del retrovisor de tu Ford Cortina.

Esta noche, como otras tantas, he esperado a la puerta del bar tu sonrisa sobre una cerveza fría.

Johnny, siempre bailo para ti, en tetas sobre la barra, inclinando la botella de whisky en sus gargantas, regalando el amor que solo a veces me dabas, el alma de los escritores borrachos arde en llamas, golpean la mesa en un catatónico estado de euforia, alcanzando el climax, llegando al orgasmo de las palabras, derramando a mis pies sus bebidas.

Johnny, juro que a veces me llego a creer que esta vez la noche sí que será mia,
sí, joder, puede que
lo sea esta vez.

Ayúdame a escapar de sus dientes amarillentos, arráncame esta parasitaria desesperación del pecho, ábreme en canal y apuñala lo que ya esté muerto.

Johnny, sé que solo a veces giras el volante hacia la ciudad maldita, para encontrar la prostituta que en Cólera City siempre se abre de piernas y
yo sé que cuando todo acabe tú volverás a la carretera.
Me gustaría saber si te despides con una sonrisa, mientras veo las luces traseras parpadear en la niebla, y aún puedo notar el sabor de tu polla atascado en mi lengua.

Véndeme al diablo uno de estos días, John, para que pueda seguir bailando al fondo de tu copa vacía.

Entiérrame en la 122.

Puede que me guste jugar a ser especial pero
soy una zorra cualquiera.
Vuelve a verme cuando quieras,
me gusta creer que he sido algo más que una venérea.

Yo seguiré bebiendo al fondo, en la izquierda
rodeada de cucarachas muertas,

fuera en la calle un par de poetas
empiezan una pelea
formamos un círculo y la sangre
nos salpica,
todos reímos;
pienso que esto te gustaría.
Encendemos cigarrillos en cadena
hasta que uno de los dos
muera.




jueves, 14 de noviembre de 2013

Gracias.


 Sonrío, por el Raúl, por el amor platónico, por los ojos verdes, por el oro puro, por el psicópata sexual, por el gallego.

 Me enciendo un cigarro y les sonrío, sí, por qué no decirlo, por serlo todo, por diferenciarse en un mundo lleno de retrasados mentales, por brillar en lo suyo, y así me los imagino, en su barrio, a cada uno, haciendo la mierda por la que me enamoré de ellos, mientras follan otros coños, otras mentes, me importa un carajo, yo los quiero, a mi manera, aunque ninguno me quiera, qué tendrá que ver eso, nena, no van a dejar de ser nunca lo que eran, y lo comprendo ahora,
y sonrío, y me enciendo otro pitillo, y lo paseo riendo entre mis dedos, mientras les escribo, ah padre, claro que sí, vosotros lo sabéis, que sois cojonudos.




lunes, 11 de noviembre de 2013

Sin título 3.

La noche se desvanece como los recuerdos de un crío.
Los cigarrillos consumiéndose en labios desconocidos.

Quiero gozar de la parálisis cerebral
Quiero ser tu vegetal
Hazme saltar por la ventana, al filo de tu navaja
Agárrame bien de los cojones, nena
Soy un perro viejo rendido a la locura.

Báilame
desnuda en la niebla
Esperaré en el bar
hasta que te decidas.

¿Cuántas cervezas calientes puede soportar un hombre hasta encontrar una que esté fría?
122 latas vacías.

Hemos jugado a ser dueños de nuestras vidas
Intentamos darle esquinazo a la rutina
Mandar el destino al hospital de una paliza.

Cerebros afilados como cuchillos del teletienda
Lo salvaje corriendo por nuestras venas
en un susurro de rabia contenida, de
histeria colectiva.

De aflójame un poco la soga al cuello porque nena, tal vez no merezcas la pena.

Píntame un poco más grises los días, tanto arcoiris apesta.

La capacidad de amar en pausa, piba, ¿por qué voy a entrar en el drama cuando puedo dar la vuelta y hacerme una paja?

Creíste elegir cómo querías vivir pero era un catálogo del Ikea.
Creíste elegir cómo querías morir pero soñabas despierta.

No puedo fingir felicidad con mi cerebro al volante atropellando huérfanos en la carretera, prendiendo fuego a ancianitos en salas de espera, riendo, eufórico, enfermo crónico.

(No sé si saldré de esta, te juro que lo estoy intentando)

Linda, desde el divorcio
escribo mejor
y follo más violento
me enciendo otro pitillo,
sonrío porque sigo vivo.

He decidido dejar de esperar y hacer mio el momento.
Que le jodan al mundo, yo soy eterno, y nadie me puede cambiar.

He asesinado todo lo que hicisteis de mi
Soy libre para abandonar vuestra cruz, libre de hacerlo cicatriz.

A la mierda eso de resurgir de las cenizas,
yo, como un terrorista suicida,
he vuelto a nacer;
yo, como el maldito universo
me he creado a partir de la nada,
y veo el mundo
por primera vez.

La Luna Llena se recrea en tus pupilas
y te juro que es algo digno de ver.




sábado, 2 de noviembre de 2013

John.

Fuiste especial, una vez, John, cuando la vida era algo más que chupársela a tu jefe para ganar dinero,
cuando las facturas se amontonaban en el buzón de tu pueblo natal
y los cigarrillos eran eternos hasta quemarte los dedos.

Fuiste especial, Johnny, a veces fuiste el primero
cuando me decías que era imposible escapar de lo que nos quiere muertos
y nos hacíamos llamar "perros viejos", bebiendo whisky y disparando de lejos a las prostitutas que, calle abajo, se quitaban las bragas para echar un meo.

Yo sé que fuiste especial, John, y tal vez lo sigas siendo
mientras te miro a los ojos y tu mujer nos sirve vino francés
y me pregunto en qué clase de gilipollas te has convertido.

Fuiste especial, John, deberías saberlo
versionando a Cash mientras una zorra cualquiera sollozaba en el maletero
cuando la carretera era nuestro hogar y el asfalto terciopelo
aullando salvajes bajo el cielo estrellado.

Johnny, éramos la eternidad bailando sobre los cristales rotos del universo,
no sé por qué
se jodió todo.




miércoles, 30 de octubre de 2013

Ni regalado.

Las cosas claras y el caballo en vena.
Qué os jodan, en serio.
Qué os jodan muy bien.

Nadie. Ni tan siquiera tú. Todos solo querían meterla en caliente, y decir adiós.
Adiós nena, sí,
quizás lo pasamos bien pero, eres una gorda quinceañera, un producto a devolver.
Una zorra cualquiera.

No busco al amor de mi vida pero, ¡joder! Un buen par de peras donde descansar un momento no me vendrían nada mal, ¿tan dificil es de entender?
Vosotras, prostitutas de ciudad, sois escoria comparadas con
la carretera con
la droga dilatando mis pupilas al son de lo que
tú me digas.

Estoy en venta desde hace tiempo y
ni regalado;
la vida me
quiere muerto.
Me quiere acabado.







domingo, 27 de octubre de 2013

Sobre la vida plena.

Enero 2012: "Para qué voy a esforzarme en una vida con fecha de caducidad, podrida, maloliente, una vida que me desquicia".

Agosto 2013: "He decidido que es el momento, y el mundo no se ha parado, ni gira del revés".

Hoy:

"Hoy
en las escaleras
que crujen bajo
tus largas piernas.
Hoy en la puerta que chirría en la
presencia
En la continua condena.
Hoy en los ojos grises, a tu vera
a tus interminables botellas.
Hoy en tus sábanas
En la
Vereda.
En una vida
casi plena.
En tus dibujos y en tus
Palabras
Tengo esperanzas
De encontrarla y
Dormir en ella."





martes, 22 de octubre de 2013

Coágulo.

No entiendes que lo que te diferencia de cualquier otro gilipollas es que lo suyo pasará, lo suyo se lo
llevará el viento
un día de estos pero tú, Raúl
a ti te tengo atascado en las venas como un coágulo de sangre
a ti te tengo agarrado a los huesos como un puto cáncer
como un chicle pegao en los órganos vitales
no habrá forma humana de
arrancarte.



lunes, 21 de octubre de 2013

Prefiero follar conmigo.

"Raúl hoy ha estado en el piso.
Me ha dejado las paredes del baño untadas en mierda,
el suelo en charcos de sangre con las huellas de sus pies y sus manos histérico, riendo
la cuchilla oxidada en el fregadero.
Todavía no entiendo por qué le quiero."

Solo me falta una zorra chupando polla bajo la mesa para ser feliz, para estar
contento.
Si no me vas a querer, no sé para qué cojones lo intento.
He desperdiciado media vida a la sombra de un gilipollas, eso es lo único bien que he hecho, no se me da bien escribir si no estoy borracho, se me enreda tu pelo en los dedos mientras te empujo,
mientras todo es cojonudo y yo no puedo verlo.
Me odio cuando me pongo royo bohemio, quiero salir a la calle y destrozarlo todo, ser un hijo de puta violento, quiero llegar a Galicia arrastrándome por el suelo, con las rodillas sangrando, suplicar que te calles la boca o que me des un beso,
pero deja de ser tan gilipollas, no lo soporto.

Golpéame con un bate de beisbol.
Derríbame como un jugador de futbol americano.
Grábame tu nombre en el pecho con acero ardiendo.
Aprieta con fuerza mi cuello,
dame una paliza mientras te tengo dentro,
hazme sentir vivo.


Sonrío porque esto es lo mío nena, 
no hay nada aquí que
sea tuyo.

Me importa tres cojones que me ignores cuando puedo sentarme en el portal a escuchar la Luna brillando y bailando para mi
mientras el viento arrastra la basura en un susurro casi cálido, casi infantil.
El gordo cocainómano de los ochenta en la
puerta de enfrente
mira al cielo conmigo y el no lo entiende pero
ya somos uno.


Sí, ya sé que esta no es la típica palabrería barata de diccionario a la que os tengo acostumbrados, no hablo de lo bien que follé anoche ni de lo cachondo que esa zorra me puso,
ella es especial, no puedo hacerla esto, no la puedo ni escribir ni mirar, solo la toco porque, me toca esperar, me toca estar en silencio, ella es gris y siempre lo ha sido, bajo las luces, sobre mi pecho, está cubierta de oro puro, y 
es eterna aunque aún no lo entienda del todo pero, yo la quiero, estoy seguro, no es para mi, pero, 
la espero.

La besé tantas veces como el tren de vuelta quiso.

De verdad que me desconsuela saber que jamás formaré parte de la mierda que os traéis y bueno,
yo sé que lo intenté y no encajo
no formo parte de ello
pero me gustáis a veces sois
agradables
sois bonitos de ver y de pasar un rato,
me gustaría poder sacar algo más de vosotros.

 
Yo sé que de abrirte el pecho encontraría algo más que la mediocridad a la que estamos sistematizados pero

te niegas y 
casi
lo comprendo,
casi lo asumo.

Escribir para uno mismo es mejor que cualquier puto orgasmo.
Por eso somos distintos.
Por eso yo aún no he nacido
y sigo
esperando.

" Ah, padre, Raúl, estoy escribiendo, cojonudo joder, era como querer cagar y no poder hacerlo."

Me alegra saber que aún prefiero emborracharme y escribir a ver tu chocho peludo.

Sigo sonriendo porque así la vida es cojonuda, sí, joder
así sí que lo es.

Entremezclo las historias del Raúl y del gallego y del otro chico al que aún no le he puesto nombre pero es especial y se lo noto, 
o todos me engañan y ahora mismo me da igual, la verdad,
estoy jodidamente contento conmigo mismo.

Vuelvo a ser J. Mala Muerte, siempre lo he sido.

Y que te jodan porque casi no tendrías ni derecho a leer esto.

Fumar pitillos en cadena mientras bebo cerveza y escribo,
chorba tú creo que nunca vas a llegar a alcanzar esta paz
que me inunda y me hace sonreír más que cuando te tengo desnuda.
Hija de puta, PREFIERO FOLLAR CONMIGO.

Te quiero arrancar el cerebro y dejarlo colgando sobre el papel, dejarlo a mi vera, metérmelo por el culo, quiero que me folle tu mente, no tu polla joder, ¡eso es una mierda! Comparado, estás mil veces más buena cuando escribes en la decadencia.
Me apena saber que no puedes hacerlo.

Creo que me fumaré un cigarro, pondré "anal casting" en cualquier página porno y me haré un dedo.

 



domingo, 13 de octubre de 2013

El viejo Raúl.

"Tengo toda la vida por delante y me hago dos rayas de coca al volante.
Busco morir para volver a nacer.
Empalmo pitillos como quien se come una bolsa de pipas.
Meando en los callejones sé que al pie de las escaleras
con una sonrisa tú
me esperas."


Sé que todos mentían cuando decían "te quiero"; el camionero, que a los dos días ya estaba queriendo a otra, los ojos verdes, que a veces fui algo importante y a veces no, el gallego, que después de una resaca se puso una máscara o
se la quitó,
no lo sé.
Pero todos, salvo el viejo Raúl, que me habla desde Madrid, bebiendo birra y escribiendo, desde la decadencia de un perro viejo, desde lo que siempre he buscado, diciéndome "chacha, ¿por qué no te gusto?".
El viejo Raúl como carne pegada al hueso,
como una patada en los huevos,
un pellizco en el pezón.
¿Por qué vas a conformarte con abrir la puerta, pudiendo saltar por la ventana?
Puedo hacerme un par de dedos solo con recordar los instantes anteriores al primer beso, el nerviosismo quinceañero, el sabor a vino barato, alguien tocando de fondo, y
bueno,
yo sé que el viejo no va a regalarme un anillo de diamantes, ni me comprará un piso, ni se despertará con la corbata al cuello, pero joder, cómo le quiero, cuando me dice "escribe, Leire" y yo le digo está bien, y escribo, porque es lo único que
puedo darle.

Enciérrame en la habitación contigo y, mátame de lo que pueda darme placer de,
un polvo o unos cigarros, o 
dime algo bonito pero, estate aquí conmigo,
no te vayas a ir.

Solo él me hace sonreir sin hacer que la vida sea algo tan complicado.

Desde el barrio, oye Raúl, ¡vuelve, joder! Vuelve.

 

viernes, 11 de octubre de 2013

Sácame de esta.


"Los escritores tienen que estar malditos, sino, no es buena mierda.
En épocas de optimismo la inspiración escasea.
Puedo sonreir y
saber que estoy condenado.
Puedo intentar olvidarme de ti y
de la ausencia de tu recuerdo.
Me rindo ante las palabras que brotan así que
me despierto
y te escribo."

Soy un coño fácil. Hoy lo he comprendido. A veces creo que solo el viejo Raúl me quiere.
Y yo de mientras sigo soñando con el autobús que me lleve a Galicia, y con los brazos que allí debieran estar esperándome.
Y tú, pequeña, y siento decírtelo pero, allá por esas tierras no te va a esperar nadie, ni la eternidad en sus tatuajes, ni el cenicero sobre el pecho llameante, ni siquiera las palabras que una vez tuviste, bailando en sus labios de
puro placer.

Me prometí no volver a escribir sobre él, pero...

Sé que te acojona tener la vida en sus manos y anhelar lo salvaje en sus ojos sobre la piel
te prometo que volverás a ser libre y el gallego será solo un par de polvos sobre el papel y,

Oye John, deja de hacer promesas que una simple botella de whisky podría romper.

Sácame de esta.



martes, 8 de octubre de 2013

Sin título 2.

Escucho tu voz en el rumor de la carretera.

Hace tiempo que la Luna se mudó del barrio
y no hemos vuelto a saber de ella.

El rebaño, como alfileres
compran su vida en los escaparates
y se despiertan temprano, envejecen
continuan, sin saber muy bien por qué.

Yo solo lamento no haberle prendido fuego a la 122 antes.

De madrugada, cuando Cólera City
arda en llamas.

A diez euros el gramo.
A diez puntos la puñalada.
A diez segundos de apretar el botón de llamada.

El resquicio que queda de una sonrisa plena,
los cables cruzándose en tu cabeza.
El caballo salvaje se atasca en las venas.

Novelas románticas en editoriales multimillonarias.
Los escritores borrachos se cuelan en las librerias cristianas.

En la Mala Muerte soy la puta más corrosiva,
siento mucho que tus lágrimas hayan nacido al sol de mis sonrisas.

Tu luz, en el viejo motel, brilla,
yo sigo inerte sobre el cadáver flotando en la piscina.

Me compadezco de mi misma.





viernes, 4 de octubre de 2013

Escribo más sobre esa zorra.

(Porque otra cosa no, pero el hijo de puta ha sido una musa, que he escrito más sobre ese cabrón al que conozco de hace tres semanas, que sobre todas las pollas que han pasado por mi boca).


"Eres una hija de puta", solo se me ocurre decirte eso.
Porque, qué cojones, me imaginé como el macho alfa jugando contigo, derrotándote, y me has cogido al vuelo, maldita zorra, lo has entendido.
Pero verás, princesa, solo tú puedes apartarme del camino, solo tú puedes girar mi volante hacia tu jodido desvío, solo tus dedos ahora deberían apretar el puto gatillo, y te limitas a apuntarme con la pistola y a reír histérica porque crees tenerlo todo a raya, hasta que te des cuenta, hija de puta desquiciada, de que he acelerado tanto que te he tirado a la puta carretera de una patada, porque
puede que me hayas calado pero
conmigo no se juega.


martes, 1 de octubre de 2013

Sonrisa Cancerígena (sobre la chica de los ojos verdes)

La boca se me seca anhelando tu saliva.
Eres más decadente que yo, incluso con tu jersey de niño pijo, y eso me gusta, me pone cachonda.
Escondes de puta madre lo inferiormente zorra que soy... Creo que me llamarás algún día, ahora que entiendes lo que "tomar una cerveza" significa.

Semen reseco en la comisura de los labios y los dedos empapados en el interior de la vagina.

"Haz lo que quieras conmigo", y jamás imaginé lo que harías...

Sexo sucio, del que hablan con desprecio
en las noticias.

Tus manos tanteando la inocencia, mi virginidad anal expuesta, joder, tú si que sabes cómo hay que follarse a una perra.

Aún tengo tu olor clavado en la ropa, aún saboreo tu corrida en las encías, en el sudor de tu cuello la derrota, en el piercing de tu lengua el camino, la ruta.

Al fin después de tanto tiempo tus ojos verdes sobre mi me hipnotizan,
tu calor fundiéndose en mis tetas como nieve en la carretera,
tu polla dentro de mi llegando al final del coño, jódeme cabrón, jódeme como me merezco.

El recuerdo de tus cancerígenas sonrisas, el mínimo roce en la piel me cabalga el pecho en latidos de histeria,
de desenfreno,
y veo lo salvaje arraigado en cada rincón de tu cuerpo.

Tu mirada de hijo de la grandísima puta diciendo "voy a destrozarte la vida", gritando en susurros una paliza, un atentado suicida,
un "venga, joder", acerca tu boca a la mía,
sigue mirando, golpéame,
alejémonos de todo,
llévame al parque,
fóllame y échame en falta después,
quiéreme hasta el infinito y luego márchate, no quiero tener nada que ver contigo.

Y tus ganas de regalarme la noche y tus mordiscos en el cuello, la marca de tus dientes intentando arrancar la yugular para verme desangrada en el suelo,
mi maldito dios
del sexo.

Tú solo coge el teléfono cuando quieras follar, yo haré lo mismo.
Tú solo piensa que soy una más, yo intentaré olvidar lo que has sido.

Todavía no te creo ver acariciándome bajo el cielo estrellado, diciendo "nena, me voy a correr", y no sabes cómo te he echado de menos, sin saber si te veía porque eras real o solo porque te quería ver.
Espero que no dejes de aullar como si la Luna se nos fuese a romper,
de madrugada,
de zorrita maleducada,
de ponerme contra la pared
y alguien se asoma a la ventana y no le damos mayor importancia porque la verdad es que es un polvo digno de ver.




jueves, 26 de septiembre de 2013

La mariposa en un bote de mayonesa vacío.


 Te escribo y no sé por qué, si eres el mayor gilipollas que he conocido, si has conseguido, en una puta semana, hacerme daño, qué carajo hago, escribiéndote, pero no lo dejo, nena, lo necesito, como si pudiera compararte con la metadona que los heroinómanos detestan y se tragan porque es lo único que les calma de su tormento, y aún así los muy gilipollas vuelven a intercambiarse las jeringuillas porque así son, igual de imbéciles que yo, que no paro de escribirte y tú estás tan lejos, pensando en otra cosa, qué buen día quedó, que bonitas las estrellas, y yo cagándome en toda tu puta raza porque no puedo olvidar lo que me dijiste una vez, aunque, ya no seas el mismo, y envidio los tatuajes que te recorren la piel porque ellos podrán estar siempre contigo, no como yo, que fui una mariposa encerrada en tu bote de mayonesa vacío y lo has agitado a tu antojo y al final, evidentemente, he muerto, pero te sigo escribiendo.





Necesito un trago.
Para olvidarme de tu pelo, de tu cigarro sobre el cenicero.
Necesito un trago
Para soportar cada minuto que no te tengo,
Necesito un trago,
uno por cada beso
de whisky barato
Y necesito otros tantos tragos
que borren de mi piel tus recuerdos,
el fantasma de tu escritor borracho,
lo que una vez fuiste
y ahora no encuentro.

Necesito una raya
Para sonreír contigo
Necesito una raya
Que me baje por la garganta como lo hacía el amor
que solo a veces
me dabas.
Necesito otra raya
Para calmar la histeria
de tu abandono
de tu
risa malvada
en la ciénaga.

Necesito tus palabras
algo que no me impida continuamente
coger el autobús a Galicia,
y una vez allí
esperar a la muerte
sentada en el banco frente a
tu parque.




lunes, 23 de septiembre de 2013

De qué carajo va este blog.

Y de eso va este blog. De buscar la PATRAÑA, la chispa, la semilla que dejaron los Bukowskis de las calles, sin ninguna necesidad del ácido para envenenar el cerebro y abrirme en canal el pecho.

Los escritores borrachos nacen, no se hacen. Eso pienso, eso creo después de haber estado diez años de mi vida escribiendo y leyendo a los grandes, llenando cuadernos con gilipolleces sin sentido, amontonando tachones en la parte de atrás de los libros de la ESO, y otras tantas frases con encanto o sin ello, qué más da,

no escribo para la gente, puedes darte la vuelta, o darme un puñetazo, si te apetece.

Puedo decirte "él sacó un cigarrillo del paquete y se lo tendió mientras ella lloraba desconsolada, temblando, con las manos empapadas en sangre, la frente perlada de sudor, dejando escapar unos gemidos que no sé si me desconciertan o me ponen cachondo, no lo sé, pequeña, pero estás el doble de guapa con los ojos brillando en la muerte ajena..." Y PUTA BASURA QUE NO SIGNIFICA NADA.

Yo puedo parar y dejar de pensar y escribir, o puedo dejarlo por unos meses y no pasaría nada, no tengo fecha, no tengo responsabilidad, esta mierda es mia, de nadie más, ni me interesa ni lo conseguiría.

Ni siquiera he revisado esta mierda, no me lo tengáis en cuenta, es una simple aclaración para los que no entienden la idea, LA DECADENCIA DEL ESCRITOR, y otras cosas.

Si queréis ser unos gilipollas atontados que escriben novelas de amor para divorciadas, o
novelas sobre drogas para adolescentes
haced lo que os de la puta gana pero,

yo me quedo con los borrachos, que son los verdaderos genios de la movida.

 




domingo, 22 de septiembre de 2013

Asexual.

He escrito sobre el amor muchas veces, para diferentes mujeres. La chica de los ojos verdes, el maniquí en los escaparates, la de la ropa interior de encaje.

Todas ellas una vez fueron suaves y púrpuras y eternas en mis brazos, todas ellas alguna vez.

Tenían sus cosas, pero yo también las tengo.

Cuando ya no hay ninguna chica guapa rondando por el piso a la que escribirle poemas, me gusta beber.

Porque lo único que no soportaba de ellas eran sus intentos por encauzar mi vida.

No puedes domesticar al perro viejo que por viejo ya está derrotado.

Y ahora que estoy solo en la casa y
puedo beber vino y
tengo que fregar los platos y
plancharme las camisas,
me doy cuenta de que soy completamente asexual.



sábado, 21 de septiembre de 2013

Sin título

Los ancianos consumidos por la vejez
merodean el barrio
temprano.

Las amas de casa
echan el pestillo
y se tocan el chocho
con Christian Grey
o cualquier otro
sucedáneo de
pornografía barata
para divorciadas.

Sus maridos absortos en la sección de deportes del periódico
y preguntan "oye, Linda, ¿cuándo volverás
al supermercado?"

Treintañeras cachondas van en minifalda al trabajo y
fantasean con encontrar al hombre adecuado.
Pitillean histéricas ante la idea de que,
una vez muertas,
nadie las echará de menos.

Asesinos en serie que sonríen al recibir una carta de sus madres
y fabrican navajas con
cepillos de dientes y
se echan a la droga
porque no tienen otra
cosa que hacer.

Universitarias graban videos eróticos en sus noches de borrachera
y llaman a casa para pedir más dinero
o un tupper
de lentejas.

Funcionarias acomodadas
compran nueve cartones de vino rosado a la semana
y continuamente
limpian las estanterías
para sentirse realizadas.

Enfermos crónicos
cerca de los 50
aceptan la derrota y,
esperan.

Las horas, mis
horas
aceleran.



km.

Conozco tu puto silvido al milímetro.
Tu sonrisa al instante.
El momento exacto en el que tu polla empieza a empalmarse.

Conozco cada rincón de tus cojones como la palma de mi mano,
sé dónde te escondes
qué estás esperando.

Puedo follarte a cientos de kilómetros de aquí,
fingir que me importas,
que me he enamorado.

Puedo ser más zorra de lo que de primeras tenía pensado,
decir que te quiero
desnudarte despacio,
perderme en tu pelo.