miércoles, 30 de octubre de 2013

Ni regalado.

Las cosas claras y el caballo en vena.
Qué os jodan, en serio.
Qué os jodan muy bien.

Nadie. Ni tan siquiera tú. Todos solo querían meterla en caliente, y decir adiós.
Adiós nena, sí,
quizás lo pasamos bien pero, eres una gorda quinceañera, un producto a devolver.
Una zorra cualquiera.

No busco al amor de mi vida pero, ¡joder! Un buen par de peras donde descansar un momento no me vendrían nada mal, ¿tan dificil es de entender?
Vosotras, prostitutas de ciudad, sois escoria comparadas con
la carretera con
la droga dilatando mis pupilas al son de lo que
tú me digas.

Estoy en venta desde hace tiempo y
ni regalado;
la vida me
quiere muerto.
Me quiere acabado.







domingo, 27 de octubre de 2013

Sobre la vida plena.

Enero 2012: "Para qué voy a esforzarme en una vida con fecha de caducidad, podrida, maloliente, una vida que me desquicia".

Agosto 2013: "He decidido que es el momento, y el mundo no se ha parado, ni gira del revés".

Hoy:

"Hoy
en las escaleras
que crujen bajo
tus largas piernas.
Hoy en la puerta que chirría en la
presencia
En la continua condena.
Hoy en los ojos grises, a tu vera
a tus interminables botellas.
Hoy en tus sábanas
En la
Vereda.
En una vida
casi plena.
En tus dibujos y en tus
Palabras
Tengo esperanzas
De encontrarla y
Dormir en ella."





martes, 22 de octubre de 2013

Coágulo.

No entiendes que lo que te diferencia de cualquier otro gilipollas es que lo suyo pasará, lo suyo se lo
llevará el viento
un día de estos pero tú, Raúl
a ti te tengo atascado en las venas como un coágulo de sangre
a ti te tengo agarrado a los huesos como un puto cáncer
como un chicle pegao en los órganos vitales
no habrá forma humana de
arrancarte.



lunes, 21 de octubre de 2013

Prefiero follar conmigo.

"Raúl hoy ha estado en el piso.
Me ha dejado las paredes del baño untadas en mierda,
el suelo en charcos de sangre con las huellas de sus pies y sus manos histérico, riendo
la cuchilla oxidada en el fregadero.
Todavía no entiendo por qué le quiero."

Solo me falta una zorra chupando polla bajo la mesa para ser feliz, para estar
contento.
Si no me vas a querer, no sé para qué cojones lo intento.
He desperdiciado media vida a la sombra de un gilipollas, eso es lo único bien que he hecho, no se me da bien escribir si no estoy borracho, se me enreda tu pelo en los dedos mientras te empujo,
mientras todo es cojonudo y yo no puedo verlo.
Me odio cuando me pongo royo bohemio, quiero salir a la calle y destrozarlo todo, ser un hijo de puta violento, quiero llegar a Galicia arrastrándome por el suelo, con las rodillas sangrando, suplicar que te calles la boca o que me des un beso,
pero deja de ser tan gilipollas, no lo soporto.

Golpéame con un bate de beisbol.
Derríbame como un jugador de futbol americano.
Grábame tu nombre en el pecho con acero ardiendo.
Aprieta con fuerza mi cuello,
dame una paliza mientras te tengo dentro,
hazme sentir vivo.


Sonrío porque esto es lo mío nena, 
no hay nada aquí que
sea tuyo.

Me importa tres cojones que me ignores cuando puedo sentarme en el portal a escuchar la Luna brillando y bailando para mi
mientras el viento arrastra la basura en un susurro casi cálido, casi infantil.
El gordo cocainómano de los ochenta en la
puerta de enfrente
mira al cielo conmigo y el no lo entiende pero
ya somos uno.


Sí, ya sé que esta no es la típica palabrería barata de diccionario a la que os tengo acostumbrados, no hablo de lo bien que follé anoche ni de lo cachondo que esa zorra me puso,
ella es especial, no puedo hacerla esto, no la puedo ni escribir ni mirar, solo la toco porque, me toca esperar, me toca estar en silencio, ella es gris y siempre lo ha sido, bajo las luces, sobre mi pecho, está cubierta de oro puro, y 
es eterna aunque aún no lo entienda del todo pero, yo la quiero, estoy seguro, no es para mi, pero, 
la espero.

La besé tantas veces como el tren de vuelta quiso.

De verdad que me desconsuela saber que jamás formaré parte de la mierda que os traéis y bueno,
yo sé que lo intenté y no encajo
no formo parte de ello
pero me gustáis a veces sois
agradables
sois bonitos de ver y de pasar un rato,
me gustaría poder sacar algo más de vosotros.

 
Yo sé que de abrirte el pecho encontraría algo más que la mediocridad a la que estamos sistematizados pero

te niegas y 
casi
lo comprendo,
casi lo asumo.

Escribir para uno mismo es mejor que cualquier puto orgasmo.
Por eso somos distintos.
Por eso yo aún no he nacido
y sigo
esperando.

" Ah, padre, Raúl, estoy escribiendo, cojonudo joder, era como querer cagar y no poder hacerlo."

Me alegra saber que aún prefiero emborracharme y escribir a ver tu chocho peludo.

Sigo sonriendo porque así la vida es cojonuda, sí, joder
así sí que lo es.

Entremezclo las historias del Raúl y del gallego y del otro chico al que aún no le he puesto nombre pero es especial y se lo noto, 
o todos me engañan y ahora mismo me da igual, la verdad,
estoy jodidamente contento conmigo mismo.

Vuelvo a ser J. Mala Muerte, siempre lo he sido.

Y que te jodan porque casi no tendrías ni derecho a leer esto.

Fumar pitillos en cadena mientras bebo cerveza y escribo,
chorba tú creo que nunca vas a llegar a alcanzar esta paz
que me inunda y me hace sonreír más que cuando te tengo desnuda.
Hija de puta, PREFIERO FOLLAR CONMIGO.

Te quiero arrancar el cerebro y dejarlo colgando sobre el papel, dejarlo a mi vera, metérmelo por el culo, quiero que me folle tu mente, no tu polla joder, ¡eso es una mierda! Comparado, estás mil veces más buena cuando escribes en la decadencia.
Me apena saber que no puedes hacerlo.

Creo que me fumaré un cigarro, pondré "anal casting" en cualquier página porno y me haré un dedo.

 



domingo, 13 de octubre de 2013

El viejo Raúl.

"Tengo toda la vida por delante y me hago dos rayas de coca al volante.
Busco morir para volver a nacer.
Empalmo pitillos como quien se come una bolsa de pipas.
Meando en los callejones sé que al pie de las escaleras
con una sonrisa tú
me esperas."


Sé que todos mentían cuando decían "te quiero"; el camionero, que a los dos días ya estaba queriendo a otra, los ojos verdes, que a veces fui algo importante y a veces no, el gallego, que después de una resaca se puso una máscara o
se la quitó,
no lo sé.
Pero todos, salvo el viejo Raúl, que me habla desde Madrid, bebiendo birra y escribiendo, desde la decadencia de un perro viejo, desde lo que siempre he buscado, diciéndome "chacha, ¿por qué no te gusto?".
El viejo Raúl como carne pegada al hueso,
como una patada en los huevos,
un pellizco en el pezón.
¿Por qué vas a conformarte con abrir la puerta, pudiendo saltar por la ventana?
Puedo hacerme un par de dedos solo con recordar los instantes anteriores al primer beso, el nerviosismo quinceañero, el sabor a vino barato, alguien tocando de fondo, y
bueno,
yo sé que el viejo no va a regalarme un anillo de diamantes, ni me comprará un piso, ni se despertará con la corbata al cuello, pero joder, cómo le quiero, cuando me dice "escribe, Leire" y yo le digo está bien, y escribo, porque es lo único que
puedo darle.

Enciérrame en la habitación contigo y, mátame de lo que pueda darme placer de,
un polvo o unos cigarros, o 
dime algo bonito pero, estate aquí conmigo,
no te vayas a ir.

Solo él me hace sonreir sin hacer que la vida sea algo tan complicado.

Desde el barrio, oye Raúl, ¡vuelve, joder! Vuelve.

 

viernes, 11 de octubre de 2013

Sácame de esta.


"Los escritores tienen que estar malditos, sino, no es buena mierda.
En épocas de optimismo la inspiración escasea.
Puedo sonreir y
saber que estoy condenado.
Puedo intentar olvidarme de ti y
de la ausencia de tu recuerdo.
Me rindo ante las palabras que brotan así que
me despierto
y te escribo."

Soy un coño fácil. Hoy lo he comprendido. A veces creo que solo el viejo Raúl me quiere.
Y yo de mientras sigo soñando con el autobús que me lleve a Galicia, y con los brazos que allí debieran estar esperándome.
Y tú, pequeña, y siento decírtelo pero, allá por esas tierras no te va a esperar nadie, ni la eternidad en sus tatuajes, ni el cenicero sobre el pecho llameante, ni siquiera las palabras que una vez tuviste, bailando en sus labios de
puro placer.

Me prometí no volver a escribir sobre él, pero...

Sé que te acojona tener la vida en sus manos y anhelar lo salvaje en sus ojos sobre la piel
te prometo que volverás a ser libre y el gallego será solo un par de polvos sobre el papel y,

Oye John, deja de hacer promesas que una simple botella de whisky podría romper.

Sácame de esta.



martes, 8 de octubre de 2013

Sin título 2.

Escucho tu voz en el rumor de la carretera.

Hace tiempo que la Luna se mudó del barrio
y no hemos vuelto a saber de ella.

El rebaño, como alfileres
compran su vida en los escaparates
y se despiertan temprano, envejecen
continuan, sin saber muy bien por qué.

Yo solo lamento no haberle prendido fuego a la 122 antes.

De madrugada, cuando Cólera City
arda en llamas.

A diez euros el gramo.
A diez puntos la puñalada.
A diez segundos de apretar el botón de llamada.

El resquicio que queda de una sonrisa plena,
los cables cruzándose en tu cabeza.
El caballo salvaje se atasca en las venas.

Novelas románticas en editoriales multimillonarias.
Los escritores borrachos se cuelan en las librerias cristianas.

En la Mala Muerte soy la puta más corrosiva,
siento mucho que tus lágrimas hayan nacido al sol de mis sonrisas.

Tu luz, en el viejo motel, brilla,
yo sigo inerte sobre el cadáver flotando en la piscina.

Me compadezco de mi misma.





viernes, 4 de octubre de 2013

Escribo más sobre esa zorra.

(Porque otra cosa no, pero el hijo de puta ha sido una musa, que he escrito más sobre ese cabrón al que conozco de hace tres semanas, que sobre todas las pollas que han pasado por mi boca).


"Eres una hija de puta", solo se me ocurre decirte eso.
Porque, qué cojones, me imaginé como el macho alfa jugando contigo, derrotándote, y me has cogido al vuelo, maldita zorra, lo has entendido.
Pero verás, princesa, solo tú puedes apartarme del camino, solo tú puedes girar mi volante hacia tu jodido desvío, solo tus dedos ahora deberían apretar el puto gatillo, y te limitas a apuntarme con la pistola y a reír histérica porque crees tenerlo todo a raya, hasta que te des cuenta, hija de puta desquiciada, de que he acelerado tanto que te he tirado a la puta carretera de una patada, porque
puede que me hayas calado pero
conmigo no se juega.


martes, 1 de octubre de 2013

Sonrisa Cancerígena (sobre la chica de los ojos verdes)

La boca se me seca anhelando tu saliva.
Eres más decadente que yo, incluso con tu jersey de niño pijo, y eso me gusta, me pone cachonda.
Escondes de puta madre lo inferiormente zorra que soy... Creo que me llamarás algún día, ahora que entiendes lo que "tomar una cerveza" significa.

Semen reseco en la comisura de los labios y los dedos empapados en el interior de la vagina.

"Haz lo que quieras conmigo", y jamás imaginé lo que harías...

Sexo sucio, del que hablan con desprecio
en las noticias.

Tus manos tanteando la inocencia, mi virginidad anal expuesta, joder, tú si que sabes cómo hay que follarse a una perra.

Aún tengo tu olor clavado en la ropa, aún saboreo tu corrida en las encías, en el sudor de tu cuello la derrota, en el piercing de tu lengua el camino, la ruta.

Al fin después de tanto tiempo tus ojos verdes sobre mi me hipnotizan,
tu calor fundiéndose en mis tetas como nieve en la carretera,
tu polla dentro de mi llegando al final del coño, jódeme cabrón, jódeme como me merezco.

El recuerdo de tus cancerígenas sonrisas, el mínimo roce en la piel me cabalga el pecho en latidos de histeria,
de desenfreno,
y veo lo salvaje arraigado en cada rincón de tu cuerpo.

Tu mirada de hijo de la grandísima puta diciendo "voy a destrozarte la vida", gritando en susurros una paliza, un atentado suicida,
un "venga, joder", acerca tu boca a la mía,
sigue mirando, golpéame,
alejémonos de todo,
llévame al parque,
fóllame y échame en falta después,
quiéreme hasta el infinito y luego márchate, no quiero tener nada que ver contigo.

Y tus ganas de regalarme la noche y tus mordiscos en el cuello, la marca de tus dientes intentando arrancar la yugular para verme desangrada en el suelo,
mi maldito dios
del sexo.

Tú solo coge el teléfono cuando quieras follar, yo haré lo mismo.
Tú solo piensa que soy una más, yo intentaré olvidar lo que has sido.

Todavía no te creo ver acariciándome bajo el cielo estrellado, diciendo "nena, me voy a correr", y no sabes cómo te he echado de menos, sin saber si te veía porque eras real o solo porque te quería ver.
Espero que no dejes de aullar como si la Luna se nos fuese a romper,
de madrugada,
de zorrita maleducada,
de ponerme contra la pared
y alguien se asoma a la ventana y no le damos mayor importancia porque la verdad es que es un polvo digno de ver.