sábado, 2 de noviembre de 2013

John.

Fuiste especial, una vez, John, cuando la vida era algo más que chupársela a tu jefe para ganar dinero,
cuando las facturas se amontonaban en el buzón de tu pueblo natal
y los cigarrillos eran eternos hasta quemarte los dedos.

Fuiste especial, Johnny, a veces fuiste el primero
cuando me decías que era imposible escapar de lo que nos quiere muertos
y nos hacíamos llamar "perros viejos", bebiendo whisky y disparando de lejos a las prostitutas que, calle abajo, se quitaban las bragas para echar un meo.

Yo sé que fuiste especial, John, y tal vez lo sigas siendo
mientras te miro a los ojos y tu mujer nos sirve vino francés
y me pregunto en qué clase de gilipollas te has convertido.

Fuiste especial, John, deberías saberlo
versionando a Cash mientras una zorra cualquiera sollozaba en el maletero
cuando la carretera era nuestro hogar y el asfalto terciopelo
aullando salvajes bajo el cielo estrellado.

Johnny, éramos la eternidad bailando sobre los cristales rotos del universo,
no sé por qué
se jodió todo.




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