miércoles, 20 de noviembre de 2013

Ellas.

Supongo que Ellas no volverán a querer follar conmigo, un tipo que ante un par de piernas abiertas escribe cuarenta poemas y solo sabe empujar a lo desesperado, un borracho que las deja físicamente insatisfechas y mentalmente agotadas, un vagabundo que se limpia los restos de lefa con hojas secas, sí, supongo que por eso Ellas solo me buscan cuando el concepto de príncipe azul se les flojea, en realidad, me importa una mierda, con tal de poder tenerlas de cuando en cuando de esa manera, invitarlas a un par de rayas, a unas birras templadas, besarlas porque sé que puede que ya no vuelva a besarlas, mirándolas a los ojos y Johnny, chico, no tienes permitido casi siquiera tocarlas, mucho menos enamorarte de Ellas, suspiro, estoy echo un lio, me suele bastar con la litrona y un puñao de palabras, pero un hombre a veces necesita del calor de una mujer sobre el pecho, unas uñas clavándose en la espalda, un hombre a veces necesita echarle huevos, y llamarlas, "oye, piba, verás, soy un cabrón sin remedio pero, hoy te escribí algo cojonudo, ¿sabes?, te echo de menos".




No hay comentarios:

Publicar un comentario